viernes, 4 de junio de 2010

ELLA, de Many Aro Geraldes

Ella es tan intensa… cuando llora, llora, llora tanto que con sus lagrimillas baldea el patio a la mañana siguiente. Pero cuando sonríe… ay cuando sonríe, sonríe tanto que mordisquea a la luna. Pobre luna, ella que está tan tranquila mirándola con su luz. A las mañanas cuando despierta, ay cuando se despereza por las mañanas, se despereza tanto que sus brazos abren las ventanas de par en par, dejando entrar los rayos del sol, que están celosos de la luna, y quieren abrazarla entre sus sábanas. Si llueve las gotas lastiman el vidrio y ella las deja entrar para rociarse y ducharse entre su frescura, y un jabón se desliza desde su palma, hacia todo su cuerpo, revistiendo la habitación y la alfombra de burbujas plateadas, transparentes y blanquitas, que decoran de felicidad todo su hogar.
Cuando se enamora, cuando se enamora, se enamora tanto, que hasta mira el mundo con sus ojitos en forma de corazón, de corazón rosa, porque es nena, a pesar de la edad, y le encanta el rosa. Y la música le inunda el alma, y tiene ganas de bailar, de correr, de saltar, entonces baila, corre y salta, y es feliz, y le gusta la vida. Y duerme, y duerme de manera tal que sueña, si no sueña, despierta, luego se vuelve a dormir hasta que sueña. Y cuando sueña no quiere despertar. Y cuando despierta… sonríe… ella es tan intensa… que cuando sonríe, sonríe tanto que mordisquea a la luna.

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