martes, 3 de agosto de 2010

SIMETRÍA, de Many Aro Geraldes

Qué pasa que no pasa nada. Pasa que no pasa nada, porque nada pasa. La simetría no siempre es posible, ¿por qué siempre la intenta?, si no sale… fracasa. Cree que está bien ser así, pero luego se da cuenta que no está tan bien… entonces fracasa. Y va llenando la damajuana de corchos que guarda en el cajón de los cubiertos, los corchos que descorcha de los vinos tintos que se toma, de vez en cuando, por eso la damajuana tarda en llenarse, pero le gusta verla, igual que reloj de arena. A veces le gusta verlo, en su infancia se pasaba los minutos enteros, no exageremos, no hablemos de horas. Pero a los relojes de arena ya no los ve, quedaron atrás, hace bastante tiempo, igual que el ajedrez, igual que las estampillas, igual que esa amiga de Sunchales, igual que el heladero en bicicleta vestido de blanco por el barrio, igual que ese amigo hermano que se fue y nunca más vio. Igual que tantas otras cosas.
Y sigue buscando la simetría.

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