sábado, 4 de diciembre de 2010

YAN YORÉ

Sale de su casa, se asoma, huele el aroma de una flor, siguiendo su perfume llega hasta ella, la toma entre sus manos; ve una mariposa como si la llamara, corre tratando de alcanzarla, salta, vuelve a correr, logra llegar a ella; en una mano la flor, en la otra mano la mariposa. Presta atención y oye una musiquita, no sabe de dónde viene, siguiendo sus notas, logra encontrarla..., y baila; siente mientra tanto un fuerte rayo de sol, mira el cielo, se le ilumina aún más el rostro. Huele, confía, oye, baila y brilla.

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