De lejos todos los lugares parecen bellos. De cerca… costó mucho poder elegir.
Parada frente al lago (no todos tienen un lago tan cerca de sus casas) y a la pequeña inmensidad, tardé unos instantes, miré, observé, pensé, y pude llegar a elegir.
Opté por el ángulo más verde, más mullido, más tupido, más fresco, más hermoso que pude haber encontrado.
Extasiada dentro de mi mundo, disfruté de una manada de pájaros sobre mi cabeza, formaban un triángulo y luego una flecha, seguros en su destino, ya deben estar llegando.
Y yo aquí, respirando lo más puro de esta tarde de hoy. Aprovechando segundo a segundo de este cielo sin nubes, en poco se hará noche, y tal vez siga aquí mirando. Oyendo los sonidos de la vida, qué lindo poder oírlos.
Ya estuve aquí antes, estuve aquí tantas veces, sin embargo hoy es distinto.
O la distinta soy yo. Aprecio el lugar y aprecio mi compañía. Contenta, así de sencilla, un escalofrío de brisa me distrae. Respiro, suspiro y sigo disfrutando de esta tarde acá en mi parque.
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