Como si delineara un vidrio con la punta de su dedo,
empañada la mirada,
dibujando en el soplido tormentoso todo aquello que se escapa
Más de prisa que el tren ligero en la estación.
Su agitar estresado ya no importa.
Solo vale maldecir y llorar su puta suerte
Embriagada de alcohol de madrugada,
Confusa entremezclada...
El viento del invierno lo vuelve gris.
Sopla helando las ideas y las ganas que alguna vez sintió.
Allá lejos, más lejos que el tren perdido.
Sólo, zambullido en el viento.
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