Probemos, dijo mientras tomaba los últimos mates, ya fríos, ya lavados, mientras miraba Tv. pensando en otras cosas, como muchísimas veces…
Probemos, pensaba sin saber nada de nada, o nada de mucho. Sin saber cuál sería el comienzo, y menos que menos, el fin.
Intentemos nuevamente, con la esperanza de lograr plasmar esa conjunción de sentidos que fluyen del cerebro y el alma, recorriendo todo el interior, haciéndose trazo en sus manos. Gracias desconocido amigo, por regalarle algo que vale más que el oro, que le permite hacer de ese momento, un momento especial. Ese es el verdadero valor de las cosas, de la vida, su fortuna, su integridad, su continuación, sus palabras, sus fotos, su linda o fea sonrisa (según el criterio de quien la mire).
Probemos, dijo una vez más, orgullosa de saber cuál es el momento indicado. Agradecida de poder seguir sus impulsos, satisfecha de esa voz interior que todos tienen, pero no todos saben oír, ella está aprendiendo, está transitando esa carrera (si se puede llamar carrera), algún día habrá de graduarse, y su Tesis final (por supuesto aprobada) será su mayor logro.
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